
¡Me chiflan los bombones ! Y esta noche, la Vida me traerá una gran caja con 365... para mi solita.
DEBERÍAMOS VIVIR MIRÁNDOLO TODO COMO SI LO ESTUVIÉSEMOS CONTEMPLANDO POR PRIMERA VEZ O POR ÚLTIMA
Temes muchas cosas no porque sean inadecuadas o peligrosas sino por puro miedo a fallar, a no hacerlo bien, a arriesgarte, a quedar en ridículo, a aventurarte hacia algo desconocido... bien , ese miedo ya no está, no existe ¿qué cosas harías ahora que antes no te atrevías? ¿aportan algo nuevo estas cosas a tu vida? ¿cómo te sientes al ser capaz de llevarlas a cabo? ¿cómo te definirías ahora como persona? Ten presente que la seguridad se gana precisamente yendo hacia lugares inseguros, abandonando lo conocido para avanzar hacia lo incierto, lo que inquieta… sin dejar que el miedo te limite.
Ser feliz requiere una doble actitud: el saber pasar de lo que no se nos ha dado y gozar, sin tratar de retenerlas, de las cosas que desfilan delante de nosotros y no se detienen.
Et desitjo primer que estimis,
i que estimant t’estimin.
I que si no és així, siguis breu en oblidar
i després d’oblidar, no guardis rancúnia.
Et desitjo també que tinguis amics
i, encara que poc savis, siguin nobles i fidels,
i que n’hi hagi almenys un en qui puguis confiar cegament.
I perquè la vida és així, et desitjo també que tinguis enemics.
Ni molts ni pocs, en la mesura exacta,
perquè així et faran qüestionar les teves pròpies certeses.
I que entre ells, n’hi hagi almenys un que sigui just,
per tal que no et sentis massa segur.
Et desitjo també que siguis útil,
però no insubstituïble.
I que en els moments difícils,
quan no et quedi res més,
aquesta utilitat et serveixi per mantenir-te en peu.
Igualment, et desitjo que siguis tolerant.
No amb aquells que s’equivoquen poc, perquè això és molt fàcil,
sinó amb aquells que s’equivoquen molt i de manera irremeiable,
i que fent bon ús de la teva tolerància,
serveixis d’exemple als altres.
Et desitjo que sent jove no maduris massa de pressa,
i que ja madur, no insisteixis en rejovenir,
i que sent vell no caiguis en la desesperació.
Perquè cada edat té el seu goig i el seu dolor
i han de fluir entre nosaltres.
Et desitjo també que tinguis algú de qui respondre,
que vegis com creix i com madura
i que reconeguis la teva aportació en la seva forma de ser
i en la seva forma de sentir.
En allò bo,
perquè no hi ha res més preciós que la vida,
i en allò dolent,
perquè et farà sentir les teves limitacions més profundes.
I perquè siguis conscient que,
encara que tu no ho vulguis creure,
i per molt que intentis evitar-ho,
hi ha moltes coses que se’ns escapen de les mans.
Per sort.
Et desitjo de pas una mica de tristor.
No tot l’any, sinó tan sols un dia.
Però que aquest dia et serveixi per descobrir
que el riure habitual és bo,
que el riure diari és avorrit
i que el riure constant és malsà.
També et desitjo que visquis moments difícils,
aquells que posen a prova la nostra fràgil fortalesa,
i que t’ensenyin qui ets i qui tens al teu costat.
I que quan aquests moments difícils passin,
perquè tard o d’hora sempre acaben passant,
sàpigues adonar-te que tot es pot superar i que,
encara que molt poc,
ets una mica millor que abans.
I que aleshores sàpigues donar-ho als altres,
ajudant-los quan els arribin les dificultats.
Et desitjo que descobreixis,
i amb màxima urgència,
que més enllà del teu dia a dia existeixen i t’envolten
sers oprimits,
tractats amb injustícia,
i persones infelices.
Et desitjo que acaronis un gat,
tiris una pedra a un riu
i escoltis el silenci de l’albada,
perquè seràs feliç amb no res.
Desitjo també que plantis una llavor,
per petita que sigui,
i que l’acompanyis en el seu creixement,
per tal que descobreixis
de quantes vides està fet un arbre.
Et desitjo també que tinguis diners,
perquè és necessari ser pràctic.
I que almenys una vegada a l’any
en posis una part davant teu i diguis:
“Això és meu”,
només perquè quedi clar qui és l’amo de qui.
Et desitjo que cap dels teus somnis es mori,
però que si en mor algun,
puguis plorar
sense lamentar-te de no haver fet el màxim possible.
I de seguida,
alçar la vista i tornar a començar.
Si totes aquestes coses t’arriben a passar,
no tinc res més a desitjar-te...
Víctor Hugo.
Es un aniversario triste: en un día como hoy murió mi hermana. Aún después de tantos años, vuelvo a sentir la misma impotencia y rebeldía que sentí entonces por una vida que se truncó cuando había tanto por vivir todavía. Pienso en ella cuando hay algún acontecimiento en la familia, cuando veo a sus hijos y a sus nietos y me cuentan sus cosas… así la hago participar también. Y cada navidad, cuando todos reunidos alzamos la copa para brindar, mentalmente la siento a mi lado y brindo con ella. La verdadera muerte es el olvido.
Quiero desearos unas buenas fiestas, en familia, con toda la paz y el amor del que seáis capaces. Con toda la tolerancia, porque todos somos iguales, buscamos lo mismo , pero como canta Serrat “cada uno baja las escaleras como puede”. Aprovechad hasta el último minuto de compañía con los que queréis, por mucho que os repateen a veces. Hay un villancico que dice
Y nosotros nos iremos
Y no volveremos más
Y debió componerlo alguien sencillo pero muy sabio… resumió en cuatro versitos toda una lección de vida: la transitoriedad. Mi abuela (que por cierto llegó a centenaria) en estos días, a la hora del turrón echaba una lagrimita y decía “es el último año que paso con vosotros”. Yo era una niña y creía que la yaya se había pasado con el champán…., pero ahora me doy cuenta de lo que quería decir…
Bueno, que no nos pongamos tristes, eh? Sólo quiero que disfrutéis MUCHO, MUCHO, que repartáis cariño a TOPE Y SIN MEDIDA !!!!! . Y pelillos a la mar….
Hoy hice un montón de canalones…. Cierro los ojos y veo canalones. Estoy preparando la comida de navidad, van a estar mis sobrinos y les encanta ese plato. Es una receta que aprendió mi madre y nos pasó a mi hermana y a mí. Cuando los estaba haciendo las recordaba a las dos, que ya no están conmigo… ¿o sí, aunque no las vea?. Me veía adolescente, en la cocina de mis padres, mirando como picaban carne (aún no había picadoras eléctricas) y hablaban y se reían mientras cocinaban y rellenaban la pasta. Poco antes de comer, mi hermana llevaba las bandejas al horno de pan (en las casas aún no había hornos eléctricos) para gratinarlos. Era todo un acontecimiento, y nos reuníamos toda la familia para comerlos; cuatro generaciones: mi abuela, mis padres, mis hermanos y mis sobrinos. Cuántos sitios vacíos en la mesa !!! Aunque se ocupen las sillas con los que van llegando, se sigue notando su ausencia.
Este es le día de la salud… Si no acertamos con la lotería, nos consolamos pensado “Salud que haya” Y no, queridos, no me tocó ni un euro, ni la panera cutre que rifaban en el mercado, más digna de Cáritas que de una asociación de vendedores… Y eso que me habría hecho ilusión, aunque sólo fuera para contarlo. Qué le vamos a hacer !! Yo prefiero la salud, eso sí que es importante. Pero pensar en ella no es cuestión de un día, hay que trabajársela mucho y tomársela en serio… además de rezar para que no se estropee. Cuando os tienten unos huevos fritos con chorizo o un pastel grasiento, pensad en la maravilla que es nuestro cuerpo, en el delicado equilibrio que nos mantiene en razonable buen estado, y en lo bien que nos sirve este cuerpo machucado. Es nuestro vehículo y nuestra única posesión real, se merece todo nuestro respeto y cariño y sólo nos acordamos de él cuando se estropea. Yo he pasado unos días con un pie fastidiado y la vida es muy difícil a la pata coja. Así que, si no os habéis convertido en millonarios (en cuyo caso tendréis un equipo médico para vosotros solitos) haceros un favor y tomaros en serio la salud y su cuidado. Salud !!!!!!!
UUUffffffffffffff ¡!!!!! Compras de Navidad…….
Un filósofo clásico acuñó aquello de
Quería hablaros de una amiga muy querida, hoy nos hemos visto.
Pensaba en los muchos años que llevamos juntas y en la suerte que supone poder conservar una amistad a pesar de todos los altibajos que comporta la vida. Hemos estado temporadas conviviendo en el trabajo y fuera de él, otras en que apenas nos veíamos por las circunstancias personales de cada una. Pero siempre ha habido una constante: aunque estemos meses sin vernos, al cabo de un rato de charla nos sentimos tan cómodas como si nos hubiéramos visto el día anterior. Y nos sale fácilmente abrir nuestros sentimientos y soltar todas las penas, en la confianza de que la otra entenderá aunque a veces no sepa cómo consolar. Saber que hay alguien a quien acudir es ya la mitad del alivio. Pero no todo son tristezas, también nos hemos reído mucho juntas, sobre todo de muy jóvenes, cuando las carcajadas salían tan espontáneas que se no podían parar... creo que ahora ya no sé reírme tan a loco... Igual habrá que ir a esos cursos de risoterapia
¿Verdad que quien tiene un amigo tiene un tesoro?