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martes, 15 de febrero de 2011

NUESTRAS BABUCHAS


Un pobre comerciante de Bagdad tenía unas babuchas maltrechas y remendadas que eran objeto de burlas, al punto que ni siquiera él tenía valor para mirarlas. Pero todos sus intentos de deshacerse de ellas habían acabado fatal. Cuando las tiró por la ventana fueron a dar contra la cabeza de una mujer, la hirió y fue a la cárcel. Cuando las tiró al canal, atascaron el desagüe principal y la ciudad se inundó, por lo que volvieron a encarcelarle. Por fin decidió que para librarse de ellas, lo primero que tenía que hacer era aceptar que eran suyas y luego olvidarse de ellas. La clave de la felicidad es aceptar vuestras babuchas: lo que sois, vuestro aspecto, vuestra familia, las dotes que tenéis y las que no tenéis. Si seguís repitiendo que vuestras babuchas no son vuestras, moriréis buscando y amargados, creyendo siempre que os habían prometido más. No sólo se convierten en nuestro destino nuestras acciones, sino también nuestras omisiones.

(resumen libre de un párrafo del libro “Hijos del ancho mundo”, de Abraham Verghese)

7 comentarios:

  1. Efectivamente, lo primero que hay que hacer es acaptarse a uno mismo y aprender a convivir la persona que somos . Un abrazo

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  2. Ya había leido yo esta fábula. De hecho acepto las mías de buen grado, pero no siempre me olvido de ellas.
    Me las pongo a veces a ver si han dado más de si, en que estado se encuentarn porque igual la que puede estar atascada soy yo.
    Un beso

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  3. Una bella parábola.
    Como todas, muy interesante.
    Hasta que no seamos capaces de aceptarnos y querernos como somos, será muy dificil que los demás lo hagan.
    Me ha encantado, querida amiga.

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  4. Aceptarnos a nosotros mismos tal como somos es tener allanado el camino de nuestra vida. Lo peor es tener complejo de algo. Un fuerte abrazo.

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  5. Es una parábola preciosa...además, la vida nos enseña que no hay babucha perfecta.
    Un abrazo Solete.
    Mariví

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  6. ¿oye , marisol, que digo yo...esto que como no tengo babuchas que aceptar, que qué hago?
    y fuera de preguntas absurdas, por supuesto, que sí, que si no nos aceptamos, que malo,que vamos de mal en peor...
    besos, marisol.

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  7. Pues espero,ya que acepto tal cual mi funda envejecida que no tiraré nunca .. conseguir que nadie lo haga por mi besos

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